COMUNICKANDA

Un espacio comunicativo de la Universidad de Estudios Internacionales de Kanda, Japón

El campo: un puente entre la vida y la muerte.

campoPor: Masami Koike

RESPONSABILIDAD Y PRUDENCIA

El acreditado reportero de un medio de comunicación internacional que cubría los diferentes aspectos de la tragedia en Japón, le dijo terminantemente a su colega: “no me pagan suficiente para esto”, y se fue.
A unos días del magno sismo y tsunami de marzo de 2011, que generaron también una crisis nuclear por las explosiones en una planta de Fukushima, hasta los periodistas más audaces, con experiencias en sendos campos de batalla, huyeron de este escenario noticioso, según la crónica del periodista español David Jiménez en El Mundo: “Las balas se ven o al menos se oyen pasar, a veces desde una distancia imprudente. Pero la radiación ni se ve ni se huele. Puede estar o no estar”.
El halo invisible y perverso de la radiactividad ha contaminado los espacios físicos de una gran área de Japón, ha llegado a las células de la gente común y de los llamados “samuráis” o trabajadores que intentan enfriar los reactores afectados.
La radiación sacude el ánimo tanto como las incesantes réplicas del sismo: “…miles de millones de caballos van galopando furiosos por debajo de la tierra…van llorando…”, escribía desde un refugio en Fukushima el poeta Ryoichi Wago, arrojando sus poemas como piedras, a decir del estudioso Kazunori Hamada. Fukushima es un dolor, una preocupación y una responsabilidad compartida.

El 11 de marzo de 2011, un sismo de 9 grados de magnitud movió el territorio de Japón, y también nuestra existencia.
Esta noticia ha afectado al mundo también. Con el tiempo la gente gradualmente se da cuenta de la gravedad del suceso.
El gran terremoto en Tohoku causó muchos daños a la industria y ha afectado especialmente a sectores vulnerables, como la agricultura.
El terremoto, el tsunami y la estación nuclear de Fukushima han dañado muchas cosas. A causa de los efectos de la radiación se conoció acerca del suicidio de un lechero que vivía en Fukushima. Según el diario Mainichi Shinbun, el número de suicidios en mayo de 2011 es de 3 mil 329 personas. El año pasado, fueron 2 mil 782. Podemos ver que han aumentado en 20 por ciento, más o menos.
El Ministerio de Agricultura Silvicultura y Pesca comentó que esta situación económica y el cambio de las condiciones de la vida han repercutido en este resultado. Por los efectos radiactivos y el temor a la situación nuclear, las mercancías no se venden mucho. Hay daños causados por los malos rumores que se han generado sobre los productos de la agricultura. Además, aunque los productos agrícolas no tengan problemas, un gran número de personas que ve los medios informativos cree que los productos contienen sustancias nocivas, producidas por la contaminación.
El mencionado Ministerio informó que la suma de los perjuicios será de más de 2 billones de yenes, según reporta en su sitio web.
Erika Nagasu, estudiante de la Universidad de Kanda tiene a sus abuelos en el campo. Al preguntarle sobre esta situación, comenta que ellos cultivan lechuga, maíz, brócoli y otros vegetales. Últimamente han vuelto a cosechar normalmente. Sin embargo, como ha pasado poco tiempo desde que sucedió el gran sismo y la crisis nuclear de Fukushima, se han dejado escapar partículas radiactivas, y esto contribuyó a que se despertaran rumores que afectaron el consumo de un gran número de productos agrícolas.
Gracias a algunos grupos de voluntarios se mejoró mucho la situación. Ahora, no sienten los efectos negativos de manera tan aguda. Ellos quieren decir a todos: “Muchas gracias por su apoyo como voluntarios”.
Hay algunos grupos de voluntariado que ayudan a mejorar esta situación. IBEBAJI es un proyecto que ayuda a vender verduras a compradores por coreo. Esta actividad ha tenido un gran éxito. Hay algunos consumidores que son de Hokkaido o Kyushu y ellos han comprado solidariamente vegetales de Fukushima. Esta iniciativa tuvo un gran efecto y dio ánimo y dinamismo para muchas de las víctimas.
Este terremoto ha causado muchos estragos, no sólo en lo material sino también en lo mental y anímico. Por eso también necesitamos cuidar el corazón. Mucha gente y grupos de voluntarios intentan ayudar en las zonas más afectadas por la catástrofe.
En la Universidad de Estudios Internacionales de Kanda, tuvo lugar Makuchari un bazar de ayuda que tiene ya tradición como evento benéfico y este año se centró en colaborar con las zonas afectadas por el terremoto y sus consecuencias.
En los meses que han pasado desde el temblor, los medios informativos han tenido un gran efecto: por un lado algunos recursos inmediatos y de gran cobertura como Twitter o ciertos espacios virtuales, han tenido un penoso papel al contribuir en la difusión de rumores, a veces negativos o desesperanzadores, como los que pudieron haber llevado al suicidio al lechero de Fukushima, o a muchas otras personas.
Por otra parte, estos mismos medios también han podido contribuir a hacer el coro para llamar a la cooperación. Para la restauración, la voluntad de los japoneses es uno de nuestros valores más importantes.

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Esta entrada fue publicada en 16/07/2011 por en Actualizaciones, Prudencia, Responsabilidad y etiquetada con .